Cómo me hice tatuador por Jose Piñeiro Corvo




Cómo me hice tatuador. 

Llegué a ésto del tatuaje de carambola, aunque a día de hoy casi podría decir que fue cosa del destino. Después de haber sido un mal estudiante (sólo tengo la secundaria y ni sé cómo, porque ni siquiera estudié para aprobarla) y 7 años en el Ejército, en Infantería, me fui a trabajar al campo y no salió muy bien. Perdí todo lo que tenía: una casa, dos coches y un criadero de perros; y me vi de repente en la peor situación que una persona puede verse, llegando a estar viviendo en una tienda de campaña, en el monte, con 7 pit bulls atados a los árboles. Todo lo que pudo salir mal, ocurrió. 

Hacía unos años, un amigo me había hablado de ponerme a tatuar, ya que el dibujo siempre se me había dado bien, desde que tengo recuerdo. Pero la situación no me lo había permitido. ¡Aunque me compré el típico kit chino y todo! (Sí, un clásico. El que esté libre de pecado, que tire la primera piedra ^^).

Sólo que la situación mandaba y para permitirme tatuar (primero aprender), antes tenía que trabajar de lo que fuese. Tenía que contar los euros para saber qué poder comprar de comer. Normalmente sólo podía comprar pasta o arroz, que me lo comía blanco con aceite. Tuve, en muchas ocasiones, el apoyo de mi santa madre, que me ayudaba en todo lo que podía, aunque a ella misma tampoco le iba muy bien. Toqué fondo e intenté irme a diversos proyectos de carácter militar, pero pese a mi buen currículum militar, no me salieron. Las situaciones que se dieron fueron inverosímiles y de ahí que pensara que el destino no quería que tomase ese camino.

Con este kit chino, con sus tintas de las malas y sus máquinas de calibración...  digamos... complicada, me hice mis primeros tatuajes a mí mismo (sin saber siquiera que había que poner antes una plantilla... ) y a algunos pobres diablos que se ofrecieron. Cuando toqué la primera máquina, supe que eso era lo que me gustaría hacer el resto de mi vida. 

Iba haciendo un "tatuaje" de vez en cuando (sobre uno al mes o cada dos meses). Trabajé alrededor de un año y pico descargando contenedores de congelados, a mano, en el puerto de Villagarcía de Arosa, por días sueltos, ganando un máximo de unos 700€ en mi mejor mes (y puedo decir que yo era de aquellos suertudos a los que más veces llamaban para ir a currar). En fin... Cuando podía y no me dolía todo el cuerpo, hacía un tatuaje. Acudía de vez en cuando a ver a un amigo que tenía un estudio, a ver si podía empaparme de algo, pero ni iba mucho, ni cuando estaba podía quedarme mucho tiempo. No aprendí muchas técnicas, pero empecé a ver cómo iba el tema de un estudio de tatuajes. 
Un día, un amigo (al que hacía años que no veía y me encontré de casualidad) me dijo que iba a ponerme un anuncio en Internet, para que pudiera ir tirando. 

Gracias al bendito internet, fui pillando algunas cosas que me permitieron mejorar mucho. Y gracias al anuncio, que llevaba un mes puesto (y no sé ni cómo, porque apenas sabía tatuar), a alguien le gustaron las fotos de mis trabajos y me ofrecieron entrar en un estudio de nueva apertura en el centro de Vigo. Ésto fue en el mes de abril de 2016 y digamos que ahí empezó mi andadura oficial en el mundo del tatuaje. Ya sabía que ese era mi camino. No salió bien por diversos motivos, así que decidí trasladarme a Valencia, donde empecé en otro estudio, situado en Nuevo Centro. 

Después de algunas vueltas más, terminé tatuando en Bada Bink, un estudio con mucha proyección de futuro. Y en ese futuro, Dios dirá. Pero parece ser que el mío está bien ligado a ese "Don", como todos me decían de pequeño, o capacidad, o como haya que llamarlo, que es el dibujo (en esta ocasión, en la piel de los demás). Y que yo agradezco todos los días. 

A día de hoy, he participado en Convenciones de Tatuajes, he realizado cursos con algunos grandes artistas del tatuaje en realismo, he conocido y departido con otros grandes del mundillo, dibujo y pinto en papel amenudo y sigo intentando aprender día a día, observando a otros artistas a nivel nacional e internacional, tanto del tatuaje como de la pintura, fijándome en sus técnicas, para poder crecer al máximo en esta profesión.

Ahora me dedico a realizar todo tipo de tatuajes, pero sobre todo en realismo (tanto en blanco y negro como a color), e intento darle al tatuaje mi enfoque personal, buscando el mayor detalle posible, que distingue a un tatuaje bueno de uno mejor, y busco que expresen fuerza y ese toque que tiene el arte, que despierta algo en el interior de las personas. 

Ergo, Alea Iacta Est. 

Que así sea. 














Comentarios

Entradas populares